Virginia y Valentin

septiembre 09, 2018

"Valentín y yo nos conocimos en la universidad de Valladolid cuando estudiabamos económicas.
No éramos compañeros de clase, ni tan siquiera coincidíamos en el mismo turno de clases pero cuando el destino quiere hacer de las suyas, ¡lo consigue!.

Todo empezó en una típica fiesta de fin de curso de primero de carrera, fue ahí cuando intercambiamos las primeras palabras. Pero llegó el verano y no volvimos a coincidir hasta el siguiente curso en una de las asignaturas. Ese año, me incorporé unas semanas más tarde, y con la excusa le pedí unos apuntes para ponerme al día. El pobre, se pasó todo la noche pasándolos a limpio porque tenía una letra horrible.

A raíz de ahí empezamos a hablar más, a quedar a tomar algo... y a no separarnos nunca. Sin darnos cuenta, se acabó la universidad, y aparecieron nuestros primeros trabajos.
No ha sido todo un camino de rosas, ya que al terminar la universidad, yo me vine a trabajar a Madrid y el trabajaba en Valladolid. Estuvimos separados muchos años y siempre con la maleta de un lado para otro. En ocasiones, nos flaqueaban las fuerzas y no veíamos la luz al final del túnel: el momento de poder vivir en la misma ciudad y poder tener una vida en común.

Al final a Valentín le surgió una oportunidad y por fin,  pudo venir a Madrid. No nos lo podíamos creer... después de tantos viajes, tantas maletas, despedidas.... ¡el esfuerzo mereció la pena! Empezábamos una vida juntos, ¡estábamos felices!

Empezaron las primeras bodas de amigos y sin darme cuenta estaba en el día de mi pedida.
Volvimos de un viaje a Nueva York con mi familia y ese fin de semana íbamos a Valladolid.
Como no podía ser de otra manera, me pidió que me casara con él en la zona de la Universidad, donde nos conocimos. Con la excusa de ir a grabar un video para la boda de unos amigos, me llevó hasta allí.

Gracias a la ayuda de mi hermana prepararon un camino de velas y estaba todo precioso.

Me dijo las palabras más bonitas que hasta entonces me había dicho, pero nada que no supiese desde hace mucho tiempo.

Después nos fuimos a cenar a uno de nuestros restaurantes favoritos y al día siguiente se lo contamos a nuestras familias.

Y así sin más, ¡empezamos a organizar la boda!

Nos casamos un 2 de septiembre. Justo coincidía con las fiestas de Valladolid y ya que venían muchos invitados de fuera, creíamos que era un buen momento para que disfrutasen de nuestra ciudad.

Mi familia y yo nos preparamos para el gran día en el mismo sitio de la celebración Castilla Termal Monasterio de Valbuena.



De la peluquería y maquillaje se ocupó Esther Vega Estilistas que tiene un estilo muy natural que es lo que estaba buscando. Quería ser yo misma, así que opté por llevar el pelo suelto con ondas y un semirrecogido con unas flores. 





De mi vestido se encargó Helena Mareque. No le puedo estar mas agradecida. Desde el primer día que fui congeniamos y acertó de lleno con lo que yo quería. Iba a la apruebas con mi madre, mi hermana y una de mis mejores amigas. ¡Nos lo pasábamos pipa! 
Llevé una cola en tono rosa empolvado kilométrica, con unos bordados en hilo de plata espectaculares.







Los zapatos eran unos Jimmy Choo que me regalaron todos mis amigos cuando cumplí 30 años.
De joyas llevaba mi anillo de pedida, un solitario de Suárez, una pulsera de oro y diamantes que me regaló mi hermana esa misma mañana y los pendientes de diamantes y cuarzo rosa regalo de nuestra pedida de mano.

Valentin llevo total look de Fields. ¡Estaba espectacular!


Nos casamos en la iglesia de un pueblo en la Rivera del Duero,  Santa Maria de Valbuena de Duero
Es una zona preciosa llena de viñedos y de bodegas.

Decoramos la entrada con dos olivos y dentro de la Iglesia todos los bancos con ramilletes de flores y unos centros grandes en el altar.

Al entrar en la iglesia, tenía los nervios a flor de piel pero cuando llegué al final del pasillo, ahí estaba el... sonriente y guapisimo. Poco a poco me fui relajando.














Después nos unimos a todos nuestros invitados al cóctel. Era un espacio ajardinado con vistas a los viñedos. Nos acompañaba un saxofonista que tocaban temas versionados actuales.





De toda la papelería se encargó Laura de Bydesigne.


Estaba lleno de velas por todas partes. De la decoración del claustro se encargó Farfala eventos. La verdad que como no sabíamos el tiempo hasta el final nos dejamos sorprender por ellos y nos dejaron con la boca abierta.
Todos los centros de flores y la decoración floral de la boda se encargó La Jara. Una floristería de toda la vida que no pueden hacer cosas más bonitas. Tienen un gusto exisito y saben aconsejar a cada novia lo que necesita.
Mezclaron centros altos con bajos con cristales , y en las mesas imperiales hicieron unos caminos espectaculares.






Entramos con una canción mezclada de Foofigthers y Aviici que fue todo un exito.



Durante el postre, teníamos varias personas que cumplían años y les sacamos unos pedacitos de tarta especiales con la canción de cumpleaños feliz de parchís. También dimos unos globos a varias parejas que queríamos que se casasen y darles ese empujón para que se decidiesen a dar el paso. Varios de ellos se casan el próximo año , así que ¡objetivo cumplido!




Y mi ramo, se lo di a mi hermana. Mi compañera de batallas, mi confidente, ¡mi todo!



El baile lo abrimos con la canción de Ed Sheeran, Thinking out loud. Preparamos un baile y lo recomiendo 100%. 

Fue el mejor día de nuestra vida hasta el momento. Lo vivimos y lo disfrutamos al máximo.
Pero una vez que se apagan las luces de la fiesta, comienza la aventura.... lo mejor de ese día fue elegirnos para el resto de nuestros días. Sin duda ¡la mejor decisión de todas!"




¡Enhorabuena pareja! Que seáis muy felices!
Fotografías: Volvoreta

Besitos
Carmen M.

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