Hoy os traigo una editorial preciosa, Primavera en Sicilia con una novia siciliana, una joya entre joyas, donde la magia y lo exótico se funden para mostrarnos el lado más espectacular de esta editorial. Todo me gusta, desde la cabeza a los pies, 4 grandes proveedores del sector nos muestran unas de sus grandes obras maestras.

Toda esta obra de arte que os enseñaré a continuación, fue captada por el equipo de Mirlo Azul, compuesto por tres jóvenes artistas especializadas en el mundo de la fotografía de autor, el vídeo cinematográfico y el diseño de bodas. Retratan este mundo, con la visión de un trabajo artístico, basándose en la idea de la serie fotográfica o maquetación publicitaria de moda en el vídeo, con un mismo estilo, elegante, estéticamente elaborado y con una continuidad que les permite crear una serie uniforme y coherente: una historia que evoca la esencia de lo vivido. Tras horas de fotografiar y grabar, hacen la magia del documental y encadenan todos aquellos grandes momentos para contar una historia.

Grace Bridal Industries se hizo cargo del tocado joya, los pendientes y el ramo.

La novia siciliana, envuelta entre los almendros en flor, lleva una tiara de inspiración barroca, decorada con insectos, estrellas, piedras, hojas metálicas, olivo natural y mini flores frescas. Una pieza que puedes lucir sola o decorando una pamela de rafia natural XXL.

Aquí vemos la combinación perfecta entre el tocado joya y los pendientes.

Un pequeño y delicado bouquet con peonias, lilas, verdes aterciopelados y claveles vintage, le daba el toque final.

Del MUAH se encargó Rodrigo García. Con su trabajo siempre busca una belleza natural, un toque romántico y sofisticado, el equilibrio entre el peinado y el maquillaje, consiguiendo ese combo perfecto para que todo encaje. 

Le gusta trabajar mucho la piel, una piel muy luminosa y transparente, con rubor para aportarle frescura. Un suave ahumado en tonos marrones y champán y unos labios muy definidos en un tono teja rojizo. Una coleta baja esculpida con ondas nunca falla, y aún más si se coge con cintas de terciopelo, ya sea bien con lazos o entremezcladas en recogidos.

El vestido es de  Ángela Pedregal, con falda de crepé y cuerpo confeccionado en tul de seda, con volantes fruncidos en pecho y mangas que crea un corte de vestido tipo imperio, del que la última capa genera la cola del vestido.

El canesú y las mangas están bordadas a mano con un diseño floral inspirado en el movimiento art decó y el color dorado da un brillo especial a todo el conjunto, dándole el toque diferente a lo habitual.