ANA & JOSE

abril 12, 2019

"Jose y yo llevamos juntos desde 2004. Yo tenía 15 y el 18 cuando empezamos a salir. Casarnos siempre entró en nuestros planes, pero no fue hasta septiembre de 2018 cuando me lo pidió. Octubre sería nuestro mes. Es un mes muy significativo para nosotros, ya que tanto mis padres como los suyos se casaron en octubre, y además, cumplimos años los dos. El 6 de octubre de 2018 sería nuestra fecha.

Mi hermana y yo somos dos enamoradas de las bodas, y organizamos y decoramos bodas bajo el nombre de Leilolá. Organizar la mía era un sueño hecho realidad.

Somos de Medina Sidonia, un precioso pueblo de Cádiz, y nos casamos en una Iglesia preciosa que se llama Santa María la Mayor la Coronada, a las 12 del mediodía. Siempre quisimos una boda con colores de otoño, en el campo, rodeados de naturaleza y al aire libre, y encontramos el sitio perfecto en el Puerto de Santa María, los Jardines de la Cabaña.

Las invitaciones fueron totalmente hechas a mano por Leilolá. El sobre forrado tenía unas flores dibujadas y coloreadas con ceras por mí, haciendo un guiño a mis niños del cole, ya que me dedico a la enseñanza. Nadie sabía que esas flores tenían un gran significado para mí, pues eran las flores que mi vestido de novia llevaría bordadas.

Mi vestido lo diseñó Ana Cherubina. Toda la tela estaba bordada con unas flores preciosas que con mucho mimo elegimos Ana y yo. En la espalda, flores bordadas a mano y en color daban un toque súper especial al vestido. Ciento cincuenta pequeños botones recorrían la espalda hasta llegar al final de la cola.



El tocado también fue obra de Ana. Captó rápidamente mi esencia y plasmó los colores de mi boda en un tocado que envolvía mi coleta y me hacía sentir muy yo. Siempre quise ir velada, y que mi padre me colocara el velo, y mi futuro marido me lo levantase, me hacía especialmente ilusión.




Los zapatos eran de Ana Polo Shoes. Me enamoraron en cuanto los vi, los toqué y me los puse por primera vez. El color perfecto para completar mi look de novia.


Mi ramo de novia esconde una preciosa historia. Valle, mi florista de siempre, mezcló las flores que le pedí y quedó un ramo precioso. Tenía claro que quería eucalipto, pues estaría presente en toda la boda y era un olor que quería que me acompañara durante todo el día. El algodón, la protea y el astilbe completaban mi ramo. Cuando Valle me trajo esa mañana el ramo, y me contó que mis niños del cole se pusieron en contacto con ella para regalármelo, no pude contener las lagrimas y llorar de emoción. Llevaba una chapita colgada y grabada con una frase preciosa que me encogió el corazón.





Decidí ir a la Iglesia en mi coche, un New Beetle color crema, que decoramos con eucalipto y paniculata. Los niños de arras irían en un seat 600 de color rojo que pertenecía a mi suegro. 





En la celebración quisimos sorprender a los invitados con un rincón con fotos en las que salíamos con ellos. Además, para soportar el calor que hacía ese día, hicimos unos paipáis súper graciosos, con el dibujo del novio y la novia, dibujados por cada uno de los peques de mi cole. Para regalar en mesa, decidimos dejarles una tarjeta y una nariz solidaria.




Para abrir el baile, elegimos la canción “Somehing stupid” de Robbie Williams y Nikole Kidman. Justo después, el grupo de pop rock Superagente86 tocó para hacernos disfrutar hasta que se hizo de noche. En un momento de la noche, Jose y yo cogimos el micro y cantamos la canción “No puedo vivir sin ti”, y justo en ese momento, dividí mi ramo en tres y le regalé un trozo a mi hermana y otro a mi madre. No se lo esperaban y fue un momento súper emotivo.



El baile siguió con la música de Ruben Gómez DJ, y lo pasamos tan bien que no queríamos que acabase.

Sin duda alguna, ¡fue el mejor día de nuestras vidas! 










¡Enhorabuena pareja!

Fotografía y vídeo: SweetStudio y SomosKirigami


Besitos,
Carmen M.






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